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A lo largo de la historia, el pecho femenino ha constituido una parte fundamental del cuerpo para mujeres y hombres. Tanto como órgano funcional en el proceso reproductivo como por estética, ha sido un elemento emblemático en muchos ámbitos, incluso en ocasiones lo han convertido en objeto de arte. Pero, además de ello, la forma, la textura y el tamaño de los senos son realmente importantes para la autoestima de las mujeres. El colectivo femenino desea sentirse a gusto con sus mamas en todas las etapas: pubertad, embarazo, lactancia, vejez… Para llegar a este fin, la Unidad de Cirugía Mamaria del Dr. Junco, especialistas y referentes, tiene objetivo claro: conseguir firmeza.

Grandes pérdidas o aumentos de peso, las diferentes etapas de la vida de una mujer e incluso los factores genéticos pueden comprometer el aspecto y el estado de las mamas. El pecho está formado por una parte glandular y por otra grasa. El porcentaje de una y otra varía en cada caso. En aquellos en los que predomina la parte grasa, el pecho experimentará mayores cambios ante las oscilaciones de peso. Así, la firmeza pasará por mantener una dieta equilibrada y hacer ejercicio de forma moderada pero regular:

• Una alimentación sana pasa por consumir frutas y verduras, alimentos que mejorarán la fuerza y la elasticidad de la piel. Incorporar contenido proteico también favorecerá el buen aspecto de los senos, así como eliminar hábitos de vida nada saludables como fumar o beber alcohol de forma habitual.
• Trabajando la musculatura pectoral también podemos lograr un pecho firme y terso de forma relativa, pero lo más determinante es mantener cuidada la piel que lo sujeta. Sin embargo, para fijar las mamas en su sitio, las buenas prácticas también pasan por mantener una postura correcta. Ejercicios de espalda sana, como Postural Fit, Pilates o Yoga son muy recomendables.

Como ya hemos mencionado, otro factor importante a considerar es la mismísima piel del pecho, de una gran delicadeza. La mujer debe mantenerla bien hidratada y cuidarla, para así mantener los senos en su sitio, sobre todo en caso de gran volumen. Con el paso del tiempo, la piel va perdiendo elasticidad, se va volviendo más flácida y, además, no tiene tanta capacidad de sujeción, por lo que el pecho puede caerse progresivamente.

La firmeza también se consigue manteniendo el peso y evitando las oscilaciones. En caso de que la mujer quiera someterse a una operación, ya sea de aumento de pecho, reducción, elevación de pecho o reconstrucción, debe saber que los cambios bruscos de peso pueden alterar el resultado. De hecho, incluso la forma de las nuevas mamas puede variar. Dormir ocho horas, beber dos litros de agua al día, controlar las emociones y combatir el estrés son hábitos que también mejorarán el aspecto de tu pecho.